Patricio Sesnich, agente de aduana: Apoyando la inversión en minería y energía

Patricio Sesnich Stewart, afirma que su enfoque ha sido “siempre anticiparnos a los hechos, estar preparados, asesorar bien. Los agentes de aduana no podemos ser pasadores de papeles, tenemos que asesorar. Somos como el médico, nos tienen que contar todo para aconsejar qué es lo mejor para hacer”.

Puntarenense de nacimiento, a la hora de emprender los estudios superiores dejó su tierra natal, y dice que llegó a ser agente de aduana por casualidad.

Por consejo de su prima Margarita Gaete, quien fue directora regional de Aduanas en Punta Arenas, estudió ciencias políticas con especialidad aduanera. “Ese fue el origen, a ella le debo la carrera”, rememora. Fue funcionario de la Dirección General de Aduanas en Valparaíso y luego en Coquimbo desde 1969 hasta 1972. Al año siguiente pasó a la Contraloría General de la República, donde estuvo casi 2 años.

“En un día tomé la decisión de irme del servicio público porque un gran amigo, que fue presidente de la Cámara Aduanera, Carlos Calderón Moreno, fue a mi oficina porque lo acababan de nombrar agente de aduana y me ofreció irme a trabajar con él”, cuenta. Así empezó en el rubro y, tras algunos años en su agencia, postuló a una vacante para agente de aduana en Iquique, siendo nombrado en 1977 y comenzando su carrera en la ciudad del Norte Grande.   

Uno de sus tres hijos, Cristian Sesnich, siguió sus pasos como agente de aduana desde hace más de 10 años, y trabaja con él en sociedad desde la oficina de la agencia en Santiago.

Como testigo de la evolución del comercio exterior chileno, cuenta que “desde el tiempo en que uno hacía una póliza de importación en 9 ejemplares con papel calco, hasta el día de hoy, que es todo electrónico, ha habido un cambio gigantesco, prácticamente un salto cuántico. Sería imposible trabajar el movimiento de hoy con el sistema antiguo. Antes, en Iquique a uno lo llamaban por teléfono de Santiago para decirle que estaban mandando un juego de documentos por bus para un barco que llegaba en un mes más, y ahí uno se ponía a trabajar en la documentación”.

Con 12 oficinas propias repartidas por todo Chile y más de 100 empleados, el teletrabajo no tomó por sorpresa a la agencia, que hace al menos dos años venía aplicando beneficios en este sentido para sus colaboradores, y actualmente toda el área administrativa está con home office. Sesnich destaca que se han tomado todas las medidas para proteger la salud de los funcionarios que deben mantener sus labores presenciales por la naturaleza de su trabajo, lo que les ha permitido pasar por la crisis sanitaria sin lamentar ningún contagio.

Dentro de las mil historias de Patricio Sesnich, cuenta que dedicó 50 años de su vida a la política, llegando a ser presidente del directorio de la Zona Franca, pero que “vio la luz” y se retiró hace 4 años, identificándose ahora como independiente; tiene otras empresas relacionadas con el rubro, como el centro logístico más grande de la I Región, en Pozo Almonte; y, dada su expertise en el área de energías renovables, con más de 120 proyectos en los que ha trabajado y 40 trabajando al día de hoy, fue invitado por el Ministerio de Energía a exponer sobre el tema en Kazajistán. “Es un tema muy bonito”, expresa.

Lejos de lo que podría pensarse, afirma que el trabajo ha aumentado durante la pandemia y hay mucho movimiento. “En la región de Tarapacá estamos atendiendo  la inversión minera más grande en Latinoamérica en curso, de 5 mil millones de dólares”.

En el plano familiar, con su esposa Miriam Espinoza se aprestan a celebrar 50 años de matrimonio el próximo año junto a sus hijos Cristian, Susan y Patricio, y sus 3 nietos.