El deseo de algunos de hacer desaparecer nuestras Fuerzas Armadas y la cobardía de otros de no reconocer su importancia vital para chile.

Por Rodolfo Ponce Vargas, consultor marítimo internacional, presidente de la Alianza Maritima de Chile A.G. ALMAR.

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Este año se cumplirán 50 años de la fatídica fecha que produjo un quiebre en las relaciones de nuestra sociedad, un quiebre que puede haber tenido un fundamento definido, una justificación real o tal vez inapropiada, pero la única verdad es que nos causa daño como sociedad y que los antagonismos políticos siguen usando, la situación, la época y la fecha para no favorecer a nadie más que a ellos mismos, para manipularnos haciéndonos sentir culpables, eso es lo más triste y complejo de esa fecha,  finalmente nadie tiene una razón para explicar el si o el no, pero lo único concreto es que es una fecha que no nos une y que solo sirve para mantenernos divididos como sociedad, patria y nación.

Lo complejo es que comenzando Marzo ya se moviliza toda una maquinaria para desacreditar, refutar y hasta no justificar la existencia de las Fuerzas Armadas, tratando de invisibilizar su labor y aporte permanente a la sociedad, porque basta investigar un poco la historia para comprender que hemos sido forjados y emancipados con el apoyo de nuestras fuerzas armadas.

La historia militar, naval y aérea está repleta de indudables acaecimientos de personas que lograron controlar territorios, defender guerras, volar a lugares remotos y tras ello involucrar a Chile en nuevas actividades, en nuevas inversiones y fuentes de trabajo, pero todo lo positivo de nuestras fuerzas armadas, orden y seguridad no vende prensa, el defender fronteras, evitar el narcotráfico, patrullar océanos, unir zonas extremas, fomentar la investigación, crear ferias expositivas empresariales como Exponaval y Fidae, estar preparados y dispuestos a apoyar a la comunidad en cuanto se les pida, porque en la civilidad no tenemos la capacidad y la doctrina para hacer bien muchas labores, entonces siempre llegamos a golpear las puertas de nuestros soldados, aviadores, marinos, carabineros y policías…. Y por lo mismo; ¿quién de nuestra civilidad ha jurado o esta dispuesto sin titubeos y con una determinación que sale del alma a dar la vida por Chile? ¡Si, la vida!, esa misma que usted cuida, protege y ampara cada día de su existencia.

Hoy en nuestra realidad presente no es necesario ser vidente para que cualquier chileno sienta que Chile no es lo que queremos, deseamos y pensamos, un Chile de paz, de seguridad, de oportunidades, de convivencia, de creencias y sueños.

Yo tengo un gran sueño, un Chile Oceánico e incluso con una gran visión aérea para todos y todas las personas de mi país sin invisibilizar o discriminar a nadie, porque querer mejorar debe tener la consideración de reconocer y mejorar lo malo, pero también tener la humildad y la consecuencia de respetar lo bueno.

Aun cada año miles de jóvenes sueñan con ser militar, marino, aviador, carabinero o policía y realizan sus mejores esfuerzos por poder ser parte de nuestras instituciones armadas, donde se sientes parte de un legado, de una agrupación importante para su país y partes vitales de una manera de contribución al bien nacional, entonces la reflexión lógica es pensar, ¿ Quienes tienen el derecho de culpar, de discriminar y hacer titubear a jóvenes en su objetivo vocacional y más allá de ofender con agravios directos de asesinos y yuta a una generación para lo cual lo pasado es solo historia?, ¿Quién tiene el derecho de entregarles a nuestros jóvenes un país desecho en virtud de ánimos revanchistas, rabias acumuladas e historias que nunca vivieron o conocieron?

El año tiene 365 dias para escoger fechas de reconocimiento a las personas, sus creencias actos y equidad de género, pero nuestro señor Presidente Don Gabriel Boric Font, presentó un proyecto con suma urgencia para eliminar el 9 de julio como el día de nuestra bandera, de nuestro símbolo máximo de integridad como sociedad, el día del sacrificio de 77 jóvenes chilenos en la batalla de la Concepción, el día del juramento de entrega a la patria de miles de jóvenes uniformados y el recuerdo propio de millones que alguna vez también juramos defender a Chile; para determinar  entonces sea ahora reconocido como día de la comunidad lésbica.

Se entiende y comprende la necesidad del reconocimiento de cualquier persona y de esa comunidad que aspira a consideración y respeto, pero en lo trascendente de la fecha para la historia de Chile creo no ser el único que espera que nuestro mandatario recapacite en su objetivo, porque en él no existe honor y menos decoro a lo que tal vez millones de chilenos consideramos trascendente.

Estamos iniciando un nuevo proceso constitucional y algunos creen apoyaron magistralmente que no involucrar a las Fuerzas Armadas en los artículos constitucionales era la iniciativa más brillante para eliminar de raíz un problema, pero a esos genios estadistas que piensan crear un nuevo Chile de esa manera, les hago visualizar a las grandes naciones; ¿Que diría Estados Unidos?, donde cualquier ciudadano en la calle saluda y abraza a sus soldados porque son quienes protegen y brindan su tan conceptual libertad, ¿Qué opinión tendría China?, la segunda economía del mundo y la principal población que posee y desarrolla su maquinaria militar apresuradamente como garante de sus intereses, y la Europa actual que bajo la estructura de la OTAN moviliza todas sus fuerzas para ayudar a finalizar la guerra en Ucrania.

¡No crea qué!, invisibilizando, discriminando o haciendo desaparecer a las fuerzas armadas elimina un problema, solo hace más vulnerable nuestra seguridad, desarrollo y aspiraciones futuras. Las fuerzas armadas se ganaron su derecho, su espacio y su respeto desde los albores de nuestra independencia y no fue reclamando, vociferando u ofendiendo, más bien fue en los campos de batalla defendiendo la creciente nación y dando sus vidas para que usted, la persona que lee esta simple opinión,  hoy tenga la oportunidad de construir un mejor Chile.

 

 

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